La bendición de ser madre, cayó en ti mi dulce amor… Las
bondades ocultas de tu devoción a nuestro hijo, son tu perfecta naturaleza
imposible de esconder… El saber desde un principio, interpretar los balbuceos de
un ser indefenso, que salió de tu vientre… Albergar en tu esencia, la virtud,
no solo de dar vida, sino de formarla para bien… El hecho de muchas veces, tener
que interpretar el papel de la villana ante los ojos del mundo, cuando tu amor
de madre solo busca el bien de nuestro pequeño… Eres sin duda una mujer que
nunca dejara de sorprenderme… El inventar nuevos deleites culinarios, para el paladar
del crítico, más exigente, que puede existir… Todas estas cualidades, te hacen
sin duda amor mío, la encarnación de lo divino en la vida de nuestro hijo… Eres
no solo mujer, que sabe como enamorar y mantener unida a esta pequeña familia,
eres madre que da su vida en el día a día, para que el camino de nuestro hijo
nunca se desvíe… Como no amarte con tantas cualidades, que no puedes esconder…
Saber que ahora juegas el papel no solo de mamá, sino también de papá, gracias
a la distancia que nos separa… Eres sin duda el ser, que posee virtudes más grandes
de lo que el simple ojo humano es capaz de ver… Amor mío, solo me queda decir
gracias… Gracias por el sacrificio que haces y por el amor incondicional que
posees… Te amo… Por todo eso… Y más que nada, te amo… Simplemente por ser tú…
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