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martes, 28 de enero de 2020

CONTAR NUESTRA HISTORIA


Contar nuestra historia en una noche de tertulia con la ausencia de las memorias… Sentados al borde de un taburete o quizá apoyados en el espaldar del ocaso de una vida… En medio de frases llenas de locura, incoherencia y cordura insana… Hablando de política, religión o del propósito de la vida… Tratar de entender los motivos de la rebelión en los cielos o la salvación en medio de las llamas del infierno… Evocar a Dante mientras hablamos de la redención de un amor lleno de toxicidad… Cuestionar el por qué Hamlet conquisto la demencia de un reino mientras hacemos referencia a la injusticia del planeta, la desgracia de los días, el pecado de la carne y los límites impuestos por el cerebro del hombre… Creer que existe otra vida o simplemente asumir que la fuerza que nos une data de tiempos antes de nuestra existencia… Creer que Nostradamus describió este sentimiento en una epifanía inducida por una realidad que no conocía de la lucidez del espíritu… Saber que cada camino ya fue recorrido en el calvario de la soledad para llegar siempre al mismo punto… Decrecer nuestras fantasías en medio de los sueños que el ser busca en aquello que cree es la verdad oculta, cual novela de Márquez al compás de un capricho retorcido sin un antes ni un después en las manos de Cronos… Dejar que el brillo de una traición sea la realidad de un tal vez que inunda el alma… Anécdotas nunca vividas pero tan llenas de detalles que son capases de dejar su aroma eterno en la piel… Realidades de un Picasso descubiertas ante los ojos de una mente ensortijada en los conflictos existenciales creados por el día a día que traduce cada trazo como un capricho del destino… Ser parte de los juegos impuestos por Artemisa en busca de una presea sagrada para los amantes que se da ante el altar de un lecho lleno de deseo, placer y lujuria… Sean palabras al azar que te inviten a divagar o simplemente a recordar…

viernes, 17 de enero de 2020

CICLOS DE VIDA




Ciclos de vida que caprichosamente intentan cambiar la constancia de los colores de mi alma… Realidad efímera que aún desconoce la esencia de los sentimientos y de lo etéreo que es aquello que hoy nos une pese a la distancia… Pasos a ciegas en medio del incierto de posibilidades que no comprende que los caminos de los amantes se cruzan una y mil veces en el azar de las probabilidades de cada vida… Cartas marcadas en las manos de un tahúr que aprendió a manipular su destino a la par de los fracasos que intentaron robarle sus sueños y reto al azar, apostando siempre a ganador con la convicción del triunfo en la luz de sus ojos… Acariciar a la muerte cual fuese un animal doméstico, mientras se tienta a la suerte y desafía a las irreverentes Moiras, Laimas o Fatae… Noción de lo irreal que se apodera de mis sentidos y cree por segundos controlar al ser indómito que mora en lo más profundo de mis entrañas… El ultimo Nefilim que cual demonio personal o ángel de redención es capaz de evocar toda una tormenta con un solo movimiento de sus alas… Fuego salvaje que emana de un espíritu atormentado que no conoce de perdón o justicia y arrasa con todo rastro de conciencia y cordura ante una sonrisa tuya… Invocar a los dioses de antaño con la única suplica de coincidir en esta vida… Dar si es necesario como sacrificio mi existencia etérea a cambio de perderme una vez más en tu mirada y disfrutar el sinsabor de tus labios y del calor de tu aliento en medio de la enajenación que exhala tu ser con el capricho de un latir acelerado… Robarle a la divinidad el ápeiron añil de la existencia para conquistar el principio del fin decorado con la amatista de un corazón desgastado por el sentimiento ambivalente de la desgracia y la felicidad… Un amor inexplicable que perdura en las hojas del libro sagrado que nos une por toda la eternidad…