Sentimiento que arde como llama eterna en el
corazón del ser que se encuentra lleno de emociones que aún ni el comprende… Fuego
intenso de calor abrasador, cual regalo que a la vez se convierte en castigo de
los dioses que envidian la mortalidad del hombre… Caminos sin sendero ni luz que
nos dirigen al averno del destino donde radica mi espíritu desde tiempos
inmemorables… Data cualquiera que desconoce su propósito y se cree es el más
importante de nuestra existencia… Mientras tú desde tu trono de sufrimiento parafraseas
recuerdos perdidos, intentando evocar una y mil falsedades de aquella ilusión a
la cual llamas amor… Así marcha tu jornada en este plano existencial
desconociendo deliberadamente las bendiciones del hecho de poder aun respirar o
sentir la suave brisa que exhala el cuerpo marchito del adiós… Sea tu creencia
la que de vida a la criatura encargada de destazar mi alma, mientras ella misma
ya hace indefensa y encadenada al pie de tu lecho lleno de la toxina que tú aseguras
emana del sentimiento más sublime que inunda al creador de los latidos de
trueno, encargados de hacer retumbar nuestra realidad… Sean tus palabras o mi
voz… Sean tus ojos o mi mirada… Sean tus
manos o mis caricias… Sea mi vida o tu muerte… Contraste perfecto que hoy aun me
da la fuerza necesaria para no doblegarme ante los gritos del universo que
cuantifica mis decisiones y tu mentiras… Es así que una vez más levantare mi
copa llena de tu ponzoña y simplemente brindare por el hoy que nunca más volverá,
pero sin embargo pasará a la eternidad de nuestros días…