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lunes, 8 de diciembre de 2014

UNA NOCHE




Una noche en el que año simplemente fallecía ante el paso del tiempo... Música festiva que anunciaba 365 nuevas oportunidades para ser feliz... Levantar la mirada para ver un ángel de grandes ojos y enorme sonrisa con alas negras bajo el manto de la noche y atravesando aquel portón... Sentir como un corazón latía sin control con cada uno de sus pasos... Intentar articular palabras que sin un sentido real bastaron para robar una sonrisa... Diálogos abstractos que nos comunicaron que aquella noche la soledad perecería ante el encuentro de dos almas gemelas... Madrugada que dibujaba un nuevo día lleno de ilusión... Jornadas de largas conversaciones y promesas de amor eterno... Conjugar la palabra amor y la expresión para siempre en mil y un versos... Enlazar nuestros caminos en un compromiso con Dios... Sentir como pese a la felicidad alcanzada y compartida en plenitud las bondades del destino exigían retribuciones inimaginadas... Vestir una vez más aquel rostro con un velo de contraste distinto... Sumergirnos en el desconsuelo que genero la ausencia de la vida misma... Intentar entender lo que sucedía bajo el susurro del orgullo y el egoísmo... Perder el camino elegido para ser recorrido... Romper las promesas y juramentos que se hicieron desde el corazón... No encontrar el valor para levantar la mirada y acariciar el alma de tu amada... Dejar que la vergüenza de tu imperfección te aleje bajo el so pretexto del silencio... No entender como la ausencia de tu verdad tortura a quien duerme junto a ti... Jalar la cuerda de la confianza hasta lograr romperla y aun así mantener la boca cerrada... Escuchar el tren del adiós que se aproxima a toda máquina a la estación de tu vida y no mover ni un dedo... Decir adiós tragando las lágrimas que alguien derramo por ti... Gritar al cielo un perdón que solo el creador escucho... Morir por dentro en completa soledad... Así de simple es la vida de quien se equivoca y decide callar... Es como saltar al vacío sin poseer alas... Como lanzarse al océano sin saber nadar... O como saltar al espacio sin poder respirar... Pedir un milagro que sabes nunca ocurrirá... No por la inexistencia del creador... Sino por la libertad de tu acción... Vive cada día... Sueña cada hora... Ama cada minuto... Y agrádese cada segundo... Valora lo que posees... Llora lo perdido... Y una vez más, aunque aún no lo comprendas agradece lo vivido...

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