Aun no entiendo porque comencé a amar el silencio de tu
voz... Aún no sé porque mi cuerpo prefiere el abrazo de la noche fría al calor
de tu piel... Aun no comprendo porque el vacío de mi habitación me llena más
que tu compañía... Pero mañana es otro día y mientras las horas pasan sólo
cerrare los ojos para convencer a mi corazón de que todo solo fue una
pesadilla...
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