Es tan fácil bajar las manos y rendirse frente a las puertas
del cielo… Es tan común para los hombres levantar la bandera blanca, ante la
búsqueda de la felicidad… Es tan tonto jurar amor eterno y dejar de luchar ante
un simple tropiezo… Sé que las pruebas que nos da la vida, vienen desde arriba…
Y sé que esas lágrimas, no nacen en un corazón enamorado, sino salen del orgullo
y el ego que fueron lastimados… Así que vida mía, por favor esta noche, no me
dejes caer en las manos de los mortales… No dejes que mi alma se contagie con
la hipocresía del mundo… No me dejes respirar el aire contaminado por la
pobreza de quienes jamás serán capaces de entender lo que tú y yo sentimos… Dame
de tus besos, dame de tus caricias, dame de tu mirada, para salir de en medio
de este suplicio... Dame el calor de tu piel, para combatir el frio que hoy me
rodea… Se una vez mi locura, en medio de esta razón, que ahoga los sentimientos
más sublimes… Se mi rincón de obscuridad, en medio de esta luz, que no deja
rastro alguno de la compañía silenciosa… Sé la imperfección de la copa, que
sostengo en la mano la cual pretende darme vida eterna… Se más de lo que el
mundo espera de nosotros… Se la derrota de este corazón esperanzado… Se la
miseria en la libertad de mi espíritu… Se aquello que contradice toda regla y
todo precepto de un corazón enamorado… Se la encarnación de lo inesperado, para
que el mundo sepa el porqué te amo… Demuestra tu naturaleza contranatural que
te hacen única… Única como el corazón que hoy acoge tus secretos… Amarte es un
arte, amarte es ir contra viento y marea, pero sé que todo eso ya lo sabes… Y
es por eso que sonríes mientras lees estas líneas… Mas lo que quizá no sepas es
el por qué te amo… Y es simplemente por ser tú…
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