POR AZAR O POR DESTINO

Por azar o por destino ella llamo a mi puerta… Me levante somnoliento por la noche anterior dejando el cuerpo de aquella desconocida acurrucado a un lado de mi cama… Deslumbrado por los rayos del sol alcance a verla difusamente… Aprecie su silueta a contraluz muy vagamente… Y a medida que mis ojos se posaban en ella fui quedando confuso de si estaba despierto o era un sueño aun… Nunca antes presencie tanta belleza y perfección… Su mirada tímida pero segura… Su boca dulce, pero con una sonrisa perversa… Sus gestos amables, pero con la malicia de lo prohibido… Su piel que pedía a gritos ser amada… Un rostro cien por ciento angelical adornado por una cabellera sensual… Perfección hecha mujer o mujer perfecta en la puerta de mi casa… Regalo del cielo o una invitación del ángel caído… Sea cual sea la respuesta quede prendado de aquella divina diosa… Y hasta el día de hoy aun siento su perfume como si fuera la primera vez… Aunque debo confesar que despertar junto a ella es y será por la eternidad mi pecado favorito… Y si quieres saber cuál es su nombre te invito a que escuches los susurros del viento por la noche mientras la madrugada llega a su fin…

UN ANTEPASADO ME CONTO

Un antepasado me contó al oído hace mucho tiempo ya… Que alguna vez el hombre fue en verdad muy feliz en compañía de su amada… Me dijo que ambas formas vivían en un hermoso jardín rodeadas de la perfección misma de la naturaleza y sin pudor por el desnudo… Sin malicia alguna en los ojos y mucho menos en sus corazones… Sin pecado alguno más que el del amor… Pecado del cual hoy me declaro culpable ante ti… Pecado que domina mi alma desde el día en que te vi… Más como todo pecado se paga en vida hoy me toco cancelar esta deuda con el creador… Y así abrir mis manos para dejarte ir… Curar tus alas fue mi destino solo para que puedas surcar los infinitos cielos ya sin mí… Ángel de pecado y redención que me hizo sentir lo que era estar vivo… Deidad celestial que regocijo mi ser con sus suaves caricias diurnas y torturo mi espíritu con la pasión de sus labios nocturnos… Muerte blanca que sabe cómo teñir de negro mi ser al susurrar un simple adiós… Castigo eterno que no entiende de sentimientos ni dolor… Látigo con punta de hiel que arrebata de mí ser con cada caricia no solo un pedazo de piel sino trozos de mí mismo corazón y reseca con su veneno mi inmortalidad inexistente… Amarga realidad que se me destino a vivir y morir sin ti… Dueña de mis sueños y adiós de mis pesadillas… Dama de negro que aplaca con su manto el frío de mi noche imperecedera… Esa eres tú simple mortal ante los ojos del mundo y diosa etérea de mi dolor en una realidad que nunca pedí, pero de seguro merezco…