Cuando el manto gris de la noche comienza
a cubrir las calles de la ciudad… Cuando la luz del día se nos va lentamente de
entre las manos… Mi mirada se pierde en el horizonte lejano con la esperanza de
poder arrebatarte de mi memoria para abrazarte con tanta fuerza que fácilmente podríamos
confundirnos con un solo ser… Y te busco, busco tu cuerpo, tu calor, tus besos,
tu aliento, tu aroma… Busco el sonido de tu voz que me diga todo aquello que
nunca antes te atreviste a confesar… Y es en ese preciso momento que el frio a
mi alrededor se acrecienta estremeciendo todo mi ser, me abraza sin piedad como
queriendo llevarme a su lecho y sumergir mi conciencia en el sueño eterno… Parpadeo
y pienso que quizá no sea tan mala idea, quizá sea la respuesta que mi alma
busca para dejar de sentir tu ausencia… Quizá sea la solución que tanto busco para
acallar este dolor… Y mientras me desmorono sobre mis piernas cansadas de tanto
seguir tus pasos… El nudo en mi garganta ya no deja paso al aire que respiro y
no me permite ya siquiera suplicar más clemencia al universo… Siento que mis
palabras ya ni siquiera se asemejan a un quejido lejano… Siento que mis manos ya
están destrozadas de tanto arañar el olvido… De tanto arrastrase buscando tus
caricias perdidas… De tanto sujetar y detener con fuerza los látigos de la
distancia que intentan castigar a mi corazón… La desesperanza y la locura se
toman de la mano de manera insana para susurrarme al oído que es momento de
rendirme… Que es momento de bajar la guardia y ya no sentir más dolor… Y como
si un ángel tuviese en sus manos la fragancia de tu ser, tu aroma se hace
presente y reconforta mi espíritu… La voz de nuestro amor me recuerda que tú
estás esperando por mí… Que tu amor es verdadero, que las lagrimas y el dolor
pronto llegaran a su fin… Que las promesas hechas por nuestros corazones son
inquebrantables y eternas… Que todas las visiones que poseo al cerrar los ojos
son la epifanía del pacto de los dioses con nuestro destino… Que tu amor y el
mío ya hacen vivos en cada uno de los pasos de nuestro hijo quien te da las
fuerzas que en destellos llegan hasta mi cuando más las necesito… Sea dicha,
gloria, promesa, estigma, envidia del universo o regalo de Dios… Sé que muy pronto
nos tendremos uno en los brazos del otro para dar continuidad a esta historia,
a esta travesía por el destino, por la vida… Te amo y me amas… Será que algo más
importa… Será que existe algo más valioso en nuestras vidas… Será que merecemos
el castigo de estar lejos uno del otro… Sea como sea… Nuestra travesía en las páginas
del libro santo será un himno que proclama esperanza y narra solo felicidad… Te
amo… Por cada una de las palabras y líneas expuestas ante ti… Te amo…
Simplemente por ser tú…
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