Mi alma va flotando en medio de este espacio que no tiene
principio ni final… Mi cuerpo ya no siente el frío de la noche ni calor del sol…
El aire no existe, pero aun así no me siento sofocado… Las palabras cobran un
nuevo sentido… Las miradas son más expresivas y dicen todo aquello que nunca
antes nadie escucho de mí… Las caricias son etéreas, pero aun así el amor se
siente con cada segundo al compás de un corazón roto… Me siento como el primer
hombre de la historia junto a mi pecado saboreando el fruto prohibido de sus
labios de ambrosia… Mientras acaricio sus pechos y me aferro de su cadera
vibrante de pasión… Desafiando al destino y al azar burlesco que nos puso en
este lugar olvidado de la mano del creador… Y antes de caer en este espacio sin
fin la dueña de mi deseo alcanza a susurrar con palabras suaves el juramento
que tanto anhele… Mi murmullo de vida eterna que se pierde en el vacío de mí
ser…
No hay comentarios:
Publicar un comentario