Vi reír a carcajadas al guardián del Seol pues la muerte fue
vencida por nuestro amor… Y el redoble de las campanas no dudo en anunciar la
redención de un alma enamorada… Mientras la soledad fue obligada a pasar de
largo por nuestra puerta en busca de otra víctima… La obscuridad sonrió al
saberse una vez más cómplice de la pasión oculta en nuestro lecho… Y la luna y
el sol solo auguran un gran futuro para los dos…
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